Las fiestas pueden ser tan explosivas como los conciertos. Si te encuentras en medio de una intensa celebración con tus amigos, ¡detente un momento antes de saltar a la ducha! Ninguna ducha rápida puede deshacer la química eufórica que sientes en ese momento. Tu ritmo cardíaco está al máximo y una ducha podría hacer que bajes repentinamente, provocando mareos o incluso un desmayo. Mantén el ritmo de la fiesta y deja la higiene para después.
