En cuanto a los humanos, la mejor forma de evitar el contacto con estos parásitos es protegerse adecuadamente al transitar por zonas de riesgo. Esto incluye usar pantalones largos, medias altas, camisas de manga larga y preferentemente ropa de colores claros, que facilitan la detección de cualquier insecto. Además, se recomienda el uso de repelentes específicos para garrapatas y la revisión minuciosa del cuerpo después de haber estado en espacios naturales.
Si se detecta una garrapata adherida a la piel, lo correcto es retirarla cuidadosamente con una pinza de punta fina, sujetándola lo más cerca posible de la superficie de la piel y tirando suavemente hacia arriba sin girar ni aplastar. Después de la extracción, se debe desinfectar la zona y observar durante las semanas siguientes cualquier signo de infección o síntomas sospechosos. Si esto ocurre, es fundamental consultar con un profesional de la salud.
La clave frente a las garrapatas es la prevención y la vigilancia constante. Aunque pueden parecer un problema menor, su capacidad de causar enfermedades graves hace que merezcan una atención especial, sobre todo en épocas de calor y en lugares donde abundan los espacios verdes. Estar informados y actuar a tiempo puede marcar una gran diferencia para proteger nuestra salud y la de nuestras mascotas.