No, una simple mirada a una imagen engañosa no revelará toda la verdad sobre ti. Y no, el primer animal que veas no te condena a una especie de perdición personal.
Pero en un mundo que evoluciona a una velocidad vertiginosa, cualquier excusa para detenernos, reflexionar e incluso reírnos de nosotros mismos es positiva.
Así que adelante, haz el test. Compártelo. Coméntalo. Reflexiona sobre él.
Y recuerda: nuestros “defectos” suelen ser simplemente nuestras fortalezas exageradas. Con consciencia, podemos equilibrarlos y convertirnos en la versión más radiante de nosotros mismos.