
La combinación de ácidos y azúcares de los refrescos crea un entorno que promueve la caries dental. Los ácidos fosfórico y carbónico erosionan el esmalte, mientras que los azúcares alimentan a las bacterias que producen ácidos adicionales. El consumo regular de refrescos aumenta significativamente el riesgo de caries e infecciones dentales
Riesgos cardiovasculares

El consumo de refrescos a largo plazo está relacionado con un aumento de la presión arterial, niveles más altos de colesterol LDL y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. Los estudios sugieren que beber solo un refresco al día aumenta la probabilidad de ataque cardíaco o muerte por causas cardiovasculares en un 20%.
Alternativas amigables para los huesos

Reemplazar los refrescos con bebidas ricas en calcio, como la leche o bebidas vegetales fortificadas, puede favorecer la salud ósea, especialmente en niños y adolescentes. Las aguas minerales carbonatadas, en particular las ricas en calcio, son excelentes sustitutos de los refrescos, ya que ofrecen hidratación sin sus efectos adversos para la salud.
Una posibilidad de gota

Las bebidas azucaradas se asocian con un aumento de los niveles de ácido úrico, un factor de riesgo importante para la gota. La fructosa en los refrescos contribuye directamente a la producción de ácido úrico, y su consumo regular aumenta significativamente el riesgo de gota: hasta un 75 % en mujeres y casi un 50 % en hombres