
Aunque los refrescos pueden parecer un capricho inocente, sus efectos a largo plazo en la salud son de gran alcance. Desde aumento de peso y diabetes hasta debilitamiento de los huesos y problemas cardíacos, los refrescos ofrecen poco más allá de su sabor azucarado inmediato. Sustituirlos por alternativas más saludables como agua, infusiones o bebidas ricas en calcio puede mejorar significativamente la salud general y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.