Orinar en la ducha suele ser seguro para la mayoría de las personas y situaciones, siempre que se cumplan algunas condiciones de sentido común.
A continuación, un desglose no médico de qué lo hace seguro o no:
Por qué es seguro
La orina es estéril (en personas sanas): Está compuesta en un 95 % por agua y el resto es principalmente urea y sales.
Las duchas están diseñadas para el drenaje: todo lo que te lavas del cuerpo (jabón, sudor, suciedad) va por el mismo desagüe.
El flujo de agua lo enjuaga inmediatamente, por lo que no permanece ni supone un riesgo para la higiene (sobre todo si se usa el desagüe).
Cuándo podría no ser ideal
Duchas compartidas: Puede que a los compañeros de piso, familiares o parejas no les entusiasme; es más una cuestión de normas sociales y consentimiento que de salud.
Duchas sucias: Si la ducha se limpia con poca frecuencia o tiene lechada o azulejos porosos, la orina podría dejar un olor residual con el tiempo.
Infecciones: Si bien no hablamos de medicina, ciertas afecciones (como las infecciones urinarias) podrían, en teoría, aumentar el riesgo de propagación de bacterias, especialmente en duchas comunes.
Etiquetas para orinar en la ducha:
Apunta directamente al desagüe.
Deja correr el agua sobre él durante unos segundos.
Limpia la ducha con regularidad (algo que deberías hacer de todas formas).
Bueno, ahora dejemos de lado el tema de la salud.
Aquí tienes un análisis de orinar en la ducha desde perspectivas sociales, ambientales e incluso filosóficas:
Perspectiva ambiental